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Obra seleccionada en XXIII Premio Bienal Unicaja de Artesanía Jaén 2015

TAPIZ BLANCO BRILLOS 004

Título obra: PAISAJE ONÍRICO

Técnica : ALTO LIZO

Autora; FRANCISCA CRISTINA MENCHÓN MARTÍN

EL día 2 de diciembre, a las 12:30 horas, se inaugura la Exposición del XXIII Premio Unicaja de Artesanía en  (Jaén). La exposición permanecerá  abierta hasta el 22 de enero de 2017.

lugar:  Sala de Exposiciones Hospital de Santiago

Dirección:  C/ Cristo Rey s/n. Úbedal (Jaén)

«XIII ART AL VENT»

DESTELLOS  ART AL VENT 2016 1ªEstoy muy contenta y emocionada  de que mi obra textil DESTELLOS haya sido seleccionada para la XII edición Art al Vent, la muestra de arte textil contemporáneo al aire libre que llena de cultura las calles de Gata de Gorgos durante el mes de agosto. Estoy deseando que llegue el momento de ver todos los trabajos colgando de los balcones.

La de 2016 es ya una edición de récord de Art al Vent en Gata de Gorgos, una nueva muestra de la repercusión que, desde que se puso en marcha, ha ido cogiendo este certamen internacional de arte textil. Nada menos que 250 obras de autores de hasta 35 nacionalidades diferentes se han presentado ya para poder participar en la muestra que se celebrará, como cada año, en el mes de agosto.

Es la decimotercera edición de Art al Vent y, por primera vez, entre las obras presentadas las hay procedentes de los cinco continentes, según ha explicado el coordinador del certamen, Josep Ginestar. En concreto, concurren propuestas de autores de España, Venezuela, Francia, Italia, Argentina, Costa Rica, Colombia, Taiwan, Míxico, Alemania, EE UU, Uruguay, Japón, Brasil, Túnez, Bélgica, Chile, Canadá, Irlanda, Marruecos, Inglaterra, Puerto Rico, Haití, Rusia, Egipto, Holanda, Polonia, Suiza, Portugal, Turquía, Irán, China, Suecia, Australia y Bulgaria.

Los autores disponen ahora hasta el 20 de febrero para enviar una imagen de la obra general y una de detalle para participar en la selección que realizará el jurado de la convocatoria para escoger las 125 piezas que finalmente integrarán el conjunto que se expondrá a partir del 12 de agosto en las calles de la Bassa, Duquessa d’Almodòvar y plaza de l’Església.

El jurado de esta edición está formado por Teresa Llanceta, artista textil; Lala de Dios, presidenta de la Red Europea Textil; y Joan Shulze, artista, profesora y conferenciante internacional. La decisión del jurado se dará a conocer a partir del 13 de marzo.

El arte en fibra se reúne en Málaga para clamar por el drama de Lesbos

El Museum Jorge Rando presenta una muestra sobre el éxodo con el arte textil como protagonista

El Museum Jorge Rando de Málaga acoge, desde este lunes y hasta el 4 de junio, ‘Punto Quebrado, las huellas del éxodo’, una muestra que presenta el arte textil como medio de expresión artística.

La exposición, que reúne a los más destacados representantes del arte de la fibra en España, está comisariada por Carmen Pallarés y María Ortega y organizada por la World Textil Art, la asociación de gestión cultural ID arte y el Museum Jorge Rando.

En la escena artística actual, el arte textil contemporáneo español destaca por aunar la tradición de la elaboración artesanal y una búsqueda conceptual.

De esta forma, ‘Punto quebrado’ es, en palabras de la directora del la pinacoteca, Vanesa Díez, «un retorno a la unidad perdida entre artesanía y arte, tanto desde los ámbitos teóricos como de sus implicaciones sociales».

Algo que sostiene la comisaria Carmen Pallarés, que ha explicado que la muestra «no designa procedimiento de costura alguno. Ni una puntada de tal modalidad aparece en ninguna de estas obras, pero sí está en ellas su sentido, rastro tocado por un anhelo de cobijo, amparo, dignidad y altruismo frente a la destrucción y las desgarraduras que provocan las crisis inhumanas».

En resumen, ‘Punto quebrado, las huellas del éxodo’ es la poética personal de diez artistas que, a través de la estética de las fibras y el tramado, crean un forma expresiva híbrida que agrupa diferentes técnicas, como el videoarte o la fotografía.

La muestra deja ver mariposas que destruyen todo tras su paso, nombres e historias que se esconden tras los chalecos salvavidas de Lesbos o indumentarias que reflejan el ejercicio de poder.

El Museum Jorge Rando ha organizado, paralelamente a la exposición, una agenda cultural que acogerá coloquios, talleres para niños y adultos, un desfile que une moda y pintura, además de encuentros de música, cine o literatura.

Fuente  http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/artes-general/Museum-Jorge-Rando-presenta-protagonista_0_904710816.html

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Picasso y las artes populares

El Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo anuncia ‘Un genio sin pedestal’, la primera exposición sobre Pablo Picasso y las artes populares.
La muestra presenta la hambrienta condición del artista como buscador de formas expresivas en las artes consideradas menores y despreciadas por el academicismo.
Está montada en torno a la amistad profunda de Picasso con carpinteros, tallistas, alfareros, toreros, constructores de juguetes, chapistas, creadores textiles…

Pablo Picasso, Serrure, vers 1955 Tapiz en lana realizado por Picasso en 1955 (Collection Albertini-Cohen / Photo David Giancatarina © Succession Picasso 2016)

El apetito artístico de Pablo Picasso era voraz y no tiene equivalencia en la historia. Durante una carrera que se extendió a lo largo de tres cuartos de siglo y con la no secundaria ayuda de una salud de hierro —que atribuía al vino, el sexo, la buena mesa, los cigarrillos y otros placeres no siempre bien vistos por los fanáticos de los hábitos supuestamente sanos—, firmó 13.500 cuadros, 100.000 grabados, 34.000 ilustraciones para libros y dibujos, 300 esculturas y cerámicas.

Los números redondos y sobrecogedores, que deben ser considerados como un cálculo reduccionista porque Picasso era un workaholic que nunca dejaba de crear bien y en mucha cantidad, han servido a algunos críticos para considerar que no es para tanto, que debemos ser menos complacientes con el legado de uno de los artistas clave de todos los tiempos. Hizo mucho, pero lo excelente es una consecuencia de la cantidad y no de la calidad media, vienen a decir.

Un par de declaraciones del español, al que han pretendido más de una vez definir como «español de nacimiento pero francés en lo artístico» —mantuvo la nacionalidad de origen pero nunca regresó al país natal desde 1934 como protesta contra la dictadura de Franco—, explican por qué trabajaba tanto y en frentes tan diferentes.

«Cada vez que he tenido algo que decir, lo he dicho tal como sentía que debía decirse. Motivos diferentes reclaman invariablemente medios de expresión diferentes», explicó en una ocasión cuando le preguntaron la razón de tanta variedad de estilos, formatos y motivos. «El objeto del arte es quitar el polvo a la vida diaria de nuestras almas», añadió en otra, dando por cerrado el debate estéril sobre las razones últimas de la creación.

La exposición Un génie sans piédestal (Un genio sin pedestal) —expresión tomada de un texto de 1988 del poeta y ensayista Michel Leiris sobre su amigo y admirado Picasso— propone un acercamiento diferente a la mil veces estudiada y otras tantas alabada producción del artista. La propuesta que acaba de ser presentada por el Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo de Marsella (MUCEM según las siglas francesas) ambiciona un análisis inédito: la relación de Picasso con las artes y tradiciones populares.

La gran exposición, programada para entre el 27 de abril y el 29 de agosto, «mostrará la forma en la que Picasso, consagrado a su época y profundamente vinculado a sus raíces al mismo tiempo, plasmó en su obra influencias tomadas de las artes y tradiciones populares». Los organizadores han reunido varios centenares de piezas, tanto de Picasso como de sus muchos amigos artesanos, que dan una idea de la hambrienta condición del artista como buscador de formas expresivas en las artes consideradas menores y con frecuencia despreciadas por las academias, desde la alfarería hasta la talla en madera o el textil.

 La manera con que Picasso se acercaba a la artesanía era «casi sacra», apuntan los organizadores, quienes también resaltan las fuentes «esencialmente españolas» de las que se nutrió. Como ejemplo de los temas y motivos recurrentes en la memoria y los recuerdos a los que tanta importancia daba el autor, se exponen cuadros como El acróbata azul (1929) en el muestra cómo le atraía el mundo del circo o El matador, una obra tardía (1970) en la que rebrota el torismo de Picasso, que hizo de las corridas y su mística un tema central.

La exposición está organizada en torno a los encuentros y la amistad que desarrolló de Picasso con creadores que habían demostrado un alto savoir-faire artesanal. Mucho más humilde de lo que piensan quienes le retratan como un artista encerrado en su obra —»yo no busco; yo encuentro (…) No pinto lo que veo, pinto lo que pienso (…) No evoluciono, yo soy. En el arte, no hay ni pasado, ni futuro. El arte que no está en el presente no será jamás», afirmaba en una defensa a ultranza del cambio y la exploración permanentes—, Picasso trabó relaciones duraderas y de intercambio de habilidades con artesanos de primer nivel que le enseñaron los rudimentos y principios básicos de muchas técnicas.

Un génie sans piédestal muestra gran cantidad de obras que surgieron de la relación del artista con el trabajo en madera del tallista, ebanista y escultor simbolista Paco Durrio; en cerámica de Suzanne y Georges Ramié, aliados en el influyente Taller Madoura, en cuyas dependencias Picasso aprendió el arte de la alfarería, tanto en barro como en cerámica; en orfebrería de François Hugo, nieto del escritor Víctor Hugo; en linograbado de Hidalgo Arnéra); en textil de Marie Cuttoli, y en chapa recortada de Lionel Prejger, con quien firmó al alimón la expresiva escultura Mujer con los brazos extendidos.

El uso de lo cotidiano en su dimensión más prosaica —objetos de desecho usados para crear juguetes o piezas de orfebrería—, pero también más personal —la serie de esculturas ensambladas La mona y su cría (1951), en la que Picasso combinó objetos encontrados y materiales reciclados a la manera de su admirado Jean Dubuffet, padre del art brut— demuestra, dicen los organizadores de la exposición, que Picasso «se reafirma como el verdadero símbolo de una nueva cultura popular» al ser capaz de integrar lo íntimo, los orígenes, el retorno a la infancia —otro de sus temas eternos, como se aprecia en Muchacha con aro (1919)— y la fuerza creativa para «construir una nueva relación con el mundo».

Para explicar el anhelante discurrir entre disciplinas de Picasso, en el MUCEN acuden a una pertinente cita del discurso de aceptación del Nobel de Literatura de 1957 por Albert Camus, también, por cierto, amigo de Picasso: «El arte obliga al artista a no aislarse, le somete a la verdad, a la más humilde y más universal. Por ello, los verdaderos artistas no desdeñan nada».

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2692897/0/picasso/alfareria-juguetes-toreo/exposicion-mucem-marsella/#xtor=AD-15&xts=467263

 

Restauran el tapiz de la antinazi Hannah Ryggen dañado por el coche bomba de Breivik en Oslo

La obra, ‘Vivimos sobre una estrella’, fue encargada por el Gobierno noruego tras la II Guerra Mundial para recordar el pasado colaboracionista con los nazis.
El atentado perpretado por Breivik como despiste para la matanza de Utøya dañó seriamente la obra, que ahora es mostrada restaurada en Malmö.

Ryggen (1894-1970) fue una de las artistas populares más queridas en los países nórdicos. Sus tapices antinazis se exhibieron al lado del ‘Guernica’ en 1937.

Cuando un coche bomba con 950 kilos de explosivos estalló, el 22 de julio de 2011, ante el complejo de edificios gubernamentales de Noruega en el centro urbano de la capital del país, Oslo, la intención del terrorista, el fundamentalista ario y neonazi Anders Breivik, no era simplemente causar víctimas —hubo 8 muertos y 209 heridos— y daños materiales, sino utilizar el atentado como maniobra de despiste para cometer una matanza: una hora y media más tarde, en la isla de Utøya, asesinó a balazos a 69 chicos y chicas e hirió a 110. La tremenda explosión de Oslo, que pudo escucharse en siete kilómetros a la redonda, también se llevó por delante un tapiz donde un hombre y una mujer desnudos se abrazan en señal de comprensión en un óvalo azulado y latente de vida, una especie de útero biológico. La obra, que estaba colgada en uno de los edificios públicos atacados, se titula Vi lever på en stjerne (Vivimos sobre una estrella). La había tejido en 1958 la artista Hannah Ryggen como encargo del Gobierno noruego para recordar el lastimoso papel del país y sus dirigentes al colaborar con el nazismo o dejar hacer a sus trastornados caudillos.

Aunque ha resultado complicado, la obra ha sido restaurada y va a ser exhibida en Malmö, la ciudad noruega en la que Ryggen murió en 1970 —había nacido en Suecia en 1894—. La ocasión se enriquece con la exposición de otros trabajos de una de las artistas textiles más queridas en los países nórdicos por su sencillez y el inquebrantable compromiso antifascista que mantuvo durante toda su vida.

(Hannah Ryggen: tejiendo el mundo), que se exhibirá en la sede de Malmö del Moderna Museet hasta el 6 de marzo de 2016, presenta 16 tapices de gran tamaño que la artista, que empleaba técnicas tradicionales, componía como reacción directa a eventos y conflictos en el mundo. Sus obras llegaron a tener una gran difusión internacional: el tapiz Etiopisk (Etiopía, 1935) sobre una hambruna fue exhibido en la Exposición Mundial de París de 1937, al lado de una obra que estrenaba el español Pablo Picasso, el Guernica.

Los trabajos de alta complejidad artística, finura poética y elaboración artesanal —trasuqilaba ella misma a las ovejas, cardaba y preparaba la lana y la tintaba usando plantas que recogía de los alrededores de su casa— están datados entre 1926 y 1958. También se exhibe un atorretrato al óleo que Ryggen había pintado en 1914.

Poco después, y gracias a la admiración que sentía por El Greco y Vermeer, los artistas que la emocionaban, se animó a tomar clases de pintura, pero sus ocupaciones en la granja en la que residía con su marido no hacían fácil la práctica y, sin embargo, los tapices siempre le parecieron una prolongación natural de la vida de campesina que llevaba.

En 1924 se mudó a Ørland, en el fiordo de Trondheim. Pese a que la vida era más difícil, quería tejer escenas de la sociedad contemporánea y lo hacía, según dijo en alguna ocasión, en los bosque, «con los ciervos corriendo a mí alrededor». Pese a la lejanía siguió de cerca la Guerra Civil Española (que reflejó en Spania-La hora se aproxima, de 1938), la II Guerra Mundial y, por fuerza, la dolorosa ocupación alemana de Noruega.

Sus obras de esta época muestran a personas solitarias, tensas, como en un posible acto de resistencia o escenas de matanzas y dolor —Drømmedød (La muerte de los sueños, 1936)—. En Hitler Teppet (Tapete para Hitler, 1936) la imagen es todavía más clara: dos presos aparecen descabezados y una cruz católica parece haber cometido la infamia. Ryggen fue de las pocas artistas noruegas que firmaron obras de inequívoca carga antinazi. Nunca tuvo miedo a las consecuencias.

«Las manos de Hannah Ryggen formaron una poderosa crítica que no era imposible ignorar y que sigue siendo igual de convincente hoy», afirma la comisaria de la exposición Julia Björnberg. Los organizadores resaltan que el tapiz dañado por el atentado del neonazi Breivik ha sido restaurado con mimo,  pero conserva una «cicatriz visible que ahora nos trae a la memoria más que nunca el humanismo de la artista y su lucha contra el fascismo». También resaltan que la intención de Ryggen en Vivimos sobre una estrella era «recordar a los líderes políticos lo que es importante de este país: el amor y la compasión por el prójimo».

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2603410/0/restauracion-tapiz/anti-nazi-hanna-ryggen/coche-bomba-breivik/#xtor=AD-15&xts=467263

PINTURAS DE VINCENT VAN GOGH

Quería compartir estas pinturas de Vincent van Gogh sobre tejedores.

El trabajo de los tejedores será para Vincent un importante motivo de inspiración en los primeros meses del año 1884, durante su estancia en la casa familiar de Nuenen. Los Países Bajos se habían especializado en la labor textil, teniendo sus paños una importante fama en todos los mercados europeos, americanos y asiáticos. Esas telas se realizaban de manera artesanal, incorporándose en el siglo XIX adelantos técnicos que suprimirán el sistema gremial y provocarán la Revolución Industrial. Vincent no está muy de acuerdo con estas innovaciones tecnológicas por la deshumanización del trabajo que conllevan, enlazando con las teorías socialistas y anarquistas que estaban en su máximo auge. Así surge la serie de tejedores que ejecuta Van Gogh, donde la figura del trabajador resulta diminuta frente a la inmensa mole del telar. . Van Gogh desea ser el vocero de los oprimidos y denunciar a través de sus trabajos la trágica situación de los trabajadores, con jornadas de sol a sol frente a la máquina y ridículos sueldos que apenas daban para mantener a la familia.

Vincent van Gogh's Tejedor de pie delante de un telar Painting

 

 

Vincent van Gogh - Un tejedor en el telar

 

 

Vincent van Gogh's Tejedor Watercolor

 

 

 

Una exposición en La Pedrera reivindica el trabajo modernista de los artesanos

Es la muestra monográfica más amplia dedicada a estas artes en los últimos 50 años

El modernismo artesanal más cotidiano

 

Barcelona. (EUROPA PRESS).- La Pedrera de Barcelona mostrará un «relato novedoso» sobre las artes aplicadas y decorativas del Modernismo en la exposición Modernisme: Art, tallers, indústries a partir de este jueves y hasta el 7 de febrero, ha anunciado este miércoles la directora de la Fundació Catalunya – La Pedrera, Marta Lacambra.

Junto a la directora del Área de Cultura de la Fundació Catalunya-La Pedrera, Marga Viza, y la comisaria y catedrática de Historia del Arte de la Universitat de Barcelona (UB) Mireia Freixa, ha destacado que se trata de la muestra monográfica más amplia dedicada a estas artes en los últimos 50 años.

La selección permite trazar un recorrido por la creación del siglo pasado y revivir un momento de cambios trascendentales en el ámbito de la arquitectura y el diseño con la recuperación de «aspectos desconocidos de la historia reciente» y la actualización de oficios artísticos, ha señalado Freixa. La exposición es fruto de la investigación en la universidad del equipo de la comisaria con un montaje hecho con una «sensibilidad extraordinaria», que cuenta con una iluminación especial para cada pieza. Con esta exposición, «la Casa Milà recupera su valor doméstico», y es que se recupera un gran ventanal -generalmente escondido tras un plafón o una cortina-, puertas, columnas, barandillas y pavimentos del edificio de Antoni Gaudí, ha subrayado la comisaria. Una de las piezas más espectaculares es un gran vitral procedente del Museu de Cerdanyola del Vallès, y una de las más delicadas es un biombo hecho con vitrales procedentes de vidrio roto que toma formas modernistas en una técnica que solo se mantuvo en Catalunya. Se trata de una «exposición líquida» porque el hilo argumental viene dado por las técnicas utilizadas, de vitrales, forja y madera, pavimentos, tejidos y joyas, entre otros.

50 colecciones públicas y privadas

La exposición reúne más de un centenar de objetos, así como abundantes documentos y fotografías de la época procedentes de 50 colecciones públicas y privadas como el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), el Museu del Disseny de Barcelona, el Centro de Documentación, el Museu Textil de Terrassa y la Biblioteca de Catalunya.

Una de las novedades de la exposición es precisamente la atención en la parte del proceso creativo de los objetos decorativos, desde su diseño hasta su consumo. Freixa ha celebrado que cada pieza es bonita y es única, y ha observado que el Modernismo catalán es tan estético porque esconde la «ostentación» de una clase burguesa a través de un estilo que, después, llegó a otras capas de la sociedad.

Leo Chiachio & Daniel Giannone, arte mano a mano

Por Jordi Batallé

Este jueves se inaugura en la Halle Saint Pierre de París, el antiguo mercado de Montmartre convertido en espacio dedicado al arte, la tercera edición de Hey, modern art & pop culture gran exposición colectiva dedicada a la expresión artística de la llamada contracultura.

Con mas de sesenta artistas la tercera edición de esta muestra que lleva el nombre de la revista fundada por Anne & Julien, sus comisarios, nos trae visitas excepcionales como las de Marion Peck y Ray Abeyta o del dúo de artistas argentinos Leo Chiachio y Daniel Giannone.

Leo Chiachio nace en Buenos Aires en 1969 y Daniel Giannone en Córdoba, en 1964. Viven y trabajan en Buenos Aires.

 

Desde el año 2003 realizan obra en conjunto con la que exploran técnicas tradicionales del arte como el tapiz o la cerámica. Ambos se representan como pareja, o en familia junto a su perro Piolín ataviados con atuendos de la tradición precolombina u oriental.

En el 2005 y 2008 reciben el Subsidio Fondo Cultura Buenos Aires. En el 2006 reciben el Primer Premio del Salón Nacional de Rosario.

En el 2007 reciben el Premio Platt. En el 2008 reciben el Premio 10 años de Bola de Nieve y sus proyectos son seleccionados para participar en el LIPAC (Laboratorio de Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas) en el C.C.R. Rojas.

En 2010 son invitados por el MACRO a participar del Programa de Residencias de Artistas en Industrias en donde llevan a cabo el proyecto Ekeko realizado en las instalaciones de la fabrica de porcelanas Verbano.

En 2010 reciben el Primer premio «Premio Hotel Colonial Salta a las Artes Visuales”. Premio otorgado por el MAC Salta – Museo de Arte Contemporáneo de Salta. 2012 obtienen el Premio Konex de Platino a las Artes Visuales – Arte Textil – y el Diploma al Mérito por su trayectoria en los últimos 10 años.

Fuente: http://www.espanol.rfi.fr/cultura/20150917-leo-chiachio-daniel-giannone-tandem-artistico-pareja-gay-homosexualidad-arte

El analista que dejó un sueldo de 150 mil dólares al año para criar cabras en el Himalaya

Babar Afzal tenía un sueldo de 6 cifras al año en McKinsey, ahora pasa sus veranos persiguiendo cabras a más de 4 mil metros de altura. Pero esta aventura podría darle una fortuna y cambiar la vida de los empobrecidos pastores de la región. 

Las cabras de Afzal prodrucen pashmira, altamente valorada en el mundo de la alta moda. (Bloomberg)

Lo último que recuerda Babar Afzal antes de perder el conocimiento fue que iba corriendo por la meseta del Himalaya blandiendo una navaja suiza, en un intento de salvar un rebaño de cabras de ser comidas por leopardos de la nieve.

Cuando su cerebro necesitado de oxígeno a 4 mil 300 metros de altura envió un dolor paralizante por su columna antes de desmayarse, el exanalista de McKinsey dice que tuvo un momento de claridad: este lugar podría verdaderamente utilizar una ambulancia.

Eso fue hace un año, cuando los pastores nómades de Cachemira india lo salvaron y perdió a 35 integrantes de su rebaño. Este año, Afzal proyecta regresar al paso cerca de las fronteras del país con Pakistán y China y ver si puede conseguir que las cabras paguen por esa ambulancia.

No son cabras comunes. Estos animales lanudos de cuernos grandes producen la pashmina, la lana de cachemira más fina, un género suave y sedoso que puede alcanzar decenas de miles de dólares por un chal en las boutiques de París y Nueva York. La mayor parte de ese margen va a una larga cadena de compradores, tejedores, comerciantes, intermediarios y mayoristas. Los cabreros reciben 2 mil 700 rupias (40 dólares) por kilo de lana en crudo, menos que si les ofrecieran como compensación carne o tela.

Afzal, de 39 años, nativo de Cachemira, quiere que una proporción mayor de la ganancia vuelva a su región natal para salvar una industria que se halla en una caída precipitada por falta de inversión, por la competencia china y una serie de inviernos devastadores. Él espera que parte del dinero pague comodidades como rutas y hospitales.

En los últimos cuatro años, Afzal se unió a las familias nómades desde agosto hasta octubre cuando éstas guían sus rebaños por senderos vertiginosos en peñascos, se arriesgan a avalanchas y chaparrones, para encontrarse con compradores que llegan desde lugares tan lejanos como Francia para obtener la lana en crudo.

Es muy diferente de la vida que llevaba. Como joven analista en el McKinsey Knowledge Center de Nueva Delhi, ganaba más de 150 mil anuales, lo suficiente como para quedar en el 0.3 por ciento más alto de la elite rica de India.

“Tenía un excelente salario, muy buena vivienda, buena comida, buenos amigos y viajaba por el mundo entero, pero siempre había algo que volvía a traerme a este lugar”, dijo. “Veía a la gente de aquí, amigos y familiares, que tenían dificultades, que morían. Era devastador”.

“Eran como dos mundos totalmente separados y yo estaba en el medio”, dijo. Natasha Wig, gerente de comunicaciones externas de McKinsey en Mumbai, se negó a hacer comentarios sobre la época de Afzal en la empresa.

El contraste entre el estilo de vida “Silicon Valley” de Afzal y la vida de los pastores no podría ser mayor.

Al amanecer en el valle de Kharnak, los cabreros y sus familias salen de carpas oscuras de algodón, resguardadas de los vientos por rocas y soga.

Las sombras se elevan lentamente a medida que el sol trepa sobre los picos cubiertos de nieve. A la sombra del suelo yermo del valle, mujeres y niños forman corrillos, vestidos con suéteres y mantas bebiendo té de manteca de yak, en tanto los hombres comienzan a abrir corrales de adoquines donde balan más de 7 mil cabras encerradas.

Hay 17 familias aquí ahora. Hace unos años había 40, antes de que unas 25 mil cabras se congelaran o murieran de hambre en toda la región durante el terrible invierno en 2013.

Herder Tundup Chosphel, de 27 años, jadea cuando se le dice cuánto cuesta la pashmina en las boutiques de París. Sus 400 cabras proporcionan apenas lo suficiente para él y su familia.

Cada día, él y su rebaño deambulan kilóemtros a través de la meseta Changtang, donde las temperaturas caen tan bajo como menos 40 durante los inviernos que pueden durar nueve meses.

India representa menos del 1 por ciento de la producción anual de pashmina del mundo, que se estima entre 10 mil y 15 mil toneladas. Eso es muy por detrás de China, con el 70 por ciento, y Mongolia, con un 20 por ciento.

El gobierno del primer ministro Narendra Modi lanzó el año pasado una campaña de 300 millones de rupias para aumentar la producción y proporcionar vivienda y recursos básicos para los pastores.

«Hasta ahora, estas personas han sido explotados en gran medida», dijo Tundup Namgail, director técnico de la cría de la Oficina del Distrito ovejas en Leh. «Estamos haciendo algo, pero dudo que sea suficiente para estas familias».

El enfoque de Afzal es elevar los ingresos de los nómadas, enseñándoles a hilar y tejer tela, e invirtiendo el 7 por ciento de las ventas de nuevo en la región donde creció. La dura vida en las montañas donde pasa los veranos es un contraste con su cómoda casa familiar en Jammu, una finca de 3 acres con jardines cuidados y un aviario privado repleto de coloridas aves.

Uno de sus compañeros de clase de la infancia, Seetu Kohli, invirtió 250 mil dólares en su aventura y dirige la tienda de exhibición en el distrito Qutab Minar en Nueva Delhi, que comenzará a vender piezas de pashmina del pueblo de Afzal este mes. Una segunda salida está prevista para Mumbai, y Afzal está buscando inversores fuera de India.

«He pasado mi vida invirtiendo en líneas de lujo «, dijo Kohli. «India necesita recuperar la propiedad del negocio pashmina».

Es un gran desafío. Los consumidores en Estados Unidos y Europa pueden comprar suéteres de cachemira de producción masiva fabricados en China y Mongolia por tan poco como 35 dólares.

En calidad, India es el líder, dijo Janet Rizvi, el autor de “Pashmina: The Kashmir Shawl and Beyond”.

«India ha perfeccionado el arte de la mano de obra de tejido a mano,» dijo ella. «En lo que a calidad premium se refiere, eso es todo.»

Un paño de pashmina de India puede tomar meses o incluso años de tejido a mano, con modelos complejos que a veces incluyen hilos de oro y plata. A lo largo de Cachemira, en casas de ladrillo y barro en las ciudades de Srinagar y Jammu, hasta los valles de las tierras altas de Ladakh, hombres y mujeres usan a mano telares para tejer y bordar.

Su futuro puede depender de persuadir a pastores como Tsering Chosgail que vale la pena criar estas cabras únicas.

«Ninguna cantidad de dinero puede salvarnos, es demasiado complicado», dice Chosgail, de 29 años, sentado con las piernas cruzadas en una tienda médica con poca luz. Para él el clima se ha vuelto demasiado impredecible y los inviernos se han vuelto más fríos. «Ser un pastor es luchar demasiado».

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/mas/enfoques/el-analista-que-dejo-un-sueldo-de-150-mil-dolares-al-ano-para-criar-cabras-en-el-himalaya.html